Microcentro: Verano

Esta época del año, y por pedido de guille, me insita a escribir otra vez sobre el microcentro, esta vez en verano.

¿Por que?, Bueno resulta que caminar y vivir en el centro es toda una odisea, eso ya todos lo sabemos y ya lo discutimos en la entrada pasada. Pero en el verano la cosa se acentúa aún más.

Es sabido que llegar al centro es una complicación, ya sea por las demoras en los transportes, los suicidas de siempre que dejan al tren parado por horas, los planes de bacheo de todos los gobiernos, la gente que comete infracciones, etc. Pero a todo esto se le suma el calor.

Viajar en un transporte publico se torna una gran orgia de gente lubricada en transpiración con olores repugnantes. Y todo lo molesto de viajar como atún enlatado se potencia miles de veces, la gente esta mas estufada y mas alterada.

Incluso Macri, en su campaña nos contaba que íbamos a dejar de viajar como Ganado y que íbamos a tener 10km de subtes más por año. JA. A los que lo votaron les pregunto: ¿Cómo viene la gestión? Eh? A los que no lo votamos ya se la respuesta…

Una vez en el centro, caminar por las veredas es mas molesto que siempre dado que se suma el agua de los aires acondicionado, sí, la gente no tiene mejor idea que poner el tubito de descarga del aire apuntando a la calle: ¿ Taaanto cuesta acomodar bien el tubito? te compraste un aire de $1600, pagaste 300 de instalación y no podes apuntar el tubito para adentro??? claaaaro es mas facil dejarlo suelto y mojar a todos! Caminar por la calle resulta ahora mas molesto porque hay que ir evitando las goteras.

Otra de las cosas que me molesta es caminar cerca de ugi's (pizzeria). Pasar al mediodía por la puerta de ese lugar puede generar serios disturbios estomacales. El calor hace que se acentúe horriblemente el olor a queso viejo, podrido, hongoso y aceitoso que usan para sus pizzas, les juro que casi me produce nauseas caminar por ahí, y hay gente que come eso!! es increíble.
Lo mismo aplica a las hamburgueserías, peeeero no son tan graves.

En fin, seguimos sumando razones para detestar a nuestro querido microcentro porteño, en el que de día es el mundo de los negocios, donde muchos ganan miles de dólares, y de noche es el mundo de los pobres, donde los mismos revuelven la basura que generan los del día, e intentar subsistir en su triste realidad de excluidos sociales, a los que nadie les da atención alguna. Luego por la madrugada pasa el equipo de limpieza y muy temprano en la mañana todo el ciclo vuelve a empezar...